sábado, octubre 20

Kant sobre cómo el conocimiento engendra tristeza

A David, a Alonso, a José

En realidad, encontramos que cuanto más se preocupa una razón cultivada del propósito de gozar de la vida y alcanzar la felicidad, tanto más el hombre se aleja de la verdadera satisfacción; por lo cual muchos, y precisamente los más experimentados en el uso de la razón, acaban por sentir -sean lo bastante sinceros para confesarlo- cierto grado de misología u odio a la razón, porque, computando todas las ventajas que sacan, no digo ya de la invención de las artes todas del lujo vulgar, sino incluso de las ciencias -que al fin al cabo aparécenles como un lujo del entretenimiento-, encuentran, sin embargo, que se han echado encima más penas y dolores que felicidad hayan podido ganar, y más bien envidian que desprecian al hombre vulgar, que está más propicio a la dirección del mero instinto natural y no consiente a su razón que ejerza gran influencia en su hacer y omitir.

Fundamentación de la Metafísica de las costumbres, I. Kant
Trad. de Manuel García Morente
Cap. 1

3 comentarios:

Darío Zetune dijo...

Chale. ¿O sea que Kant le da la razón a Paris Hilton?

Juan Manuel Escamilla dijo...

Me temo.

Otto Hugo Weinberg dijo...

¡Qué triste!