Tristeza oriental (Hasta Japón llegaron los P.P. jesuitas).
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¡Ay! ¿Cómo colmar este abismo de la vida? ¿Qué puedo hacer? El deseo siempre está presente, más fuerte, más angustioso que nunca. Es como un incendio marino que con su llama llega a alcanzar lo más negro y profundo de la nada universal.
¡Es un deseo de abrazar las infinitas posibilidades!
¡Ay señores! ¿Qué es lo que hacemos aquí? ¿Qué es lo que podemos ganar?
¡Es un deseo de abrazar las infinitas posibilidades!
¡Ay señores! ¿Qué es lo que hacemos aquí? ¿Qué es lo que podemos ganar?
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11 comentarios:
Y dicen que la Saudade envejece, eh? Parece todo un mozuelo de 15 años.
"¡Pobre hijo! Andas en callada desesperación..."
Kierkegaard forever
Ah, chingá, hijo. Así eres más interesante que otrora, cuando eras frivolillo y fashionsón. A ver cuándo cenamos.
El dolor existe
Y esto prueba que la empatía existe. Independientemente de la raza.
Sonlies o cuello.
Esto es obra de Pedro Arrupe.
No de Arrupe, sino de cierto copión del modelito para hacer depresiones jesuíticas. (Ya: me gusta acentuar "jesuíta", como antes se hacía).
Suele suceder, pero después mejora. Saludos!
¿"P.P." significa padres o pinches?
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