1) "¿qué otra cosa puede soñar hoy un adolescente a quien las disciplinas modernas exasperan y que siente repugnancia por el mercantilismo? Ya no más cruzadas ni esas nobles aventuras de otras épocas. El mundo entero parece haberse tornado razonable, y hay la certidumbre de encontrar siempre un excremento inglés en todas las intersecciones del infinito".
2) "Sólo la religión da la certeza de la inmortalidad, ¡pero al precio de un infierno posible, de la desfiguración sin retorno, del monstruo eterno!"
3) "-¡Ser santo! -exclamó Marchenoir, como en un delirio- ¿Quién puede esperarlo?... Job, cuya paciencia se alaba, maldijo hace cuatro mil años el vientre de su madre, y se necesitan centenas de millones de desesperados y de exterminados para dar la medida exacta de los dolores que el nacimiento de un solo elegido cuesta a la vieja humanidad... ¿Será siempre así, oh celeste Padre que has prometido reinar sobre la tierra?..."
4) "Víctor Hugo había deshonrado a tal punto a la poesía, que fue necesario que Francia se esforzara por deshonrarse ella misma un poco más que antes, para ponerse en condiciones de ofrecerle ese último adiós que hizo resplandecer -en la insuperable ignominia de una solemnidad asqueante- la complicidad de su envilecimiento."
5) "El acto que había realizado esa ingenua cristiana era tan absolutamente incomprensible para sus contemporáneos como hubiera podido serlo la Transfiguración del Señor a los ojos de un hipopótamo ocupado en chapalear en su lodo. Una temperatura tan viva de exaltación molesta insufriblemente a la fugitiva cola de perca de este fin de siglo. Al cabo de los seis mil años que el heroísmo vive amancebado con la humanidad, jamás, sin duda, este extraño peregrino del amor fue en sociedad alguna tan engañado como en la nuestra."
6) "El mal es universal y parece en esta hora más grave que nunca, porque nunca cayó tan bajo la civilización, ni estuvieran tan envilecidas las almas, ni fueron tan débiles los conductores. Pero será mayor aún. La república de los vencidos no ha echado todavía al mundo todas las maldiciones de su vientre."
7) "Entregar nuestro portamonedas a un hombre que muere de inanición, por ejemplo, o arrojarnos al agua para salvar a un pobre diablo, sin previa consulta con nuestro director espiritual, y por lo menos nueve días de recogimiento, son algunas de las más peligrosas indiscreciones que puede inspirarnos el orgullo. El escrúpulo devoto bastaría por sí solo para justificar una segunda Redención."
8) "Cierto es que muchos católicos han tomado por su cuenta la realización de su propia ignominia, con lo que suplantan a un infinito número de lenguas viperinas. Es una puerilidad volteriana acusar de perversidad a esos viles, cuando lo verdaderamente horrible es que son mediocres".
9) "Aunque los pobres no existieran, habría que hacer algo por ellos, pues los ricos los necesitan para la alegría y para la tristeza, para las fiestas y para los duelos, para la ciudad y para el campo, en todas las circunstancias de la vida y en todas las situaciones de enternecimiento que los poetas han previsto. Les son absolutamente necesarios para que puedan responder a la Pobreza: 'Tenemos nuestros pobres', y apartar de sí, con un gesto de fastidio, a esa mísera humillada a quien el Salvador de los hombres eligió por Esposa y cuyo cortejo es de diez mil ángeles".