miércoles, julio 9

La formulación más extrema de la pregunta filosófica.

Todo lo humano ha sido asumido por el Verbo encarnado y puesto al servicio de la obra reveladora y redentora. También la filosofía y su pregunta, o mejor, la humanidad que filosofa, queda implicada en la unidad humano-divina de Cristo. La pregunta filosófica, en efecto, no es destruida por Cristo, sino que es auténticamente asumida y llevada a su formulación más extrema en la pregunta del Calvario: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?". En ella quedan asumidas las preguntas filosóficas ante los enigmas de la libertad humana y de la omnipotencia divina, del sufrimiento y de la muerte, de la culpa y la retribución, de la certeza y de la duda, y, en definitiva, la cuestión básica del ser y su sentido. En la boca del hijo abandonado la pregunta humana adquiere una densidad inaudita, de que nos es capaz ningún filósofo o justo sufriente...
En el momento en que se desgranan las palabras de Jesús en la cruz, el Padre comunica su plabra más sonora y definitiva: "Porque tano amó Dios al mundo que dio a su hijo único (Jn 3, 16) (...). Únicamente la Cruz puede ser la última exégesis de Dios, quien en ella, y de una vez para todas, se muestra como amor.
Hans Urs Von Balthasar.

11 comentarios:

david-. dijo...

Pero totalmente. Ahora bien: ¿quién está dispuesto a escuchar esa respuesta?

P dijo...

¿Vos te acordás de tu vida antes de nacer?

No.

¿Vos te acordás del momento en el que naciste? ¿Te acordás del momento en el que empezaste a vivir?

No me acuerdo, ¿será que la transición del olvido a la consciencia es algo paulatino?

¿No será que cuando mueras va a ser igual?

Todo el mundo se acuerda de su primer recuerdo.

Si no, no sería el primer recuerdo.

E.P.S. dijo...

Sólo a través del sacrificio, como inmolación de un inocente, termina el cículo vicioso de violencias y venganza. Una vez que se asume, queda el perdón... ¿Quién está dispuesto a asumirlo? Cristo. Pero también, ¿Quien estaría dispuesto a reconocerle y a seguir su ejemplo? Se necesitaría una gran capacidad para Amar...

E.P.S. dijo...

Saludos, amado mío.

Te mando un beso :* y un abrazo @ en dondequiera que me leas.

Darío Zetune dijo...

ti pi tin, ti pi tin, ti pi ti ton, ti pi ton...

El Justo Medio dijo...

Es fantastico que diga que las palabras se 'desgranan' en la cruz.

Zoon Romanticón dijo...

Sinceramente opino que el círculo vicioso sólo puede romperse con el Perdón. El sacrificio viene después y no pertenece al ámbito de todos los hombres, sino de unos pocos que confían en el "camino difícil" que se les presenta.

La capacidad de Amor se descubre en el Perdón. El sacrificio es sólo un modus vivendi, por paradójico que parezca...

...creo yo.

Phi.Lord Chandos dijo...

La teoria sociológica del chivo epiatorio de Girard afirma que cada cierto tiempo las sociedades descargan su violencia en la figura de un inocente, pues se cree que su sangre es capaz de cierta redención. Este modus operandi, según Girard, es un círculo continuo que se da en todas las culturas. Dando estas premisas por válidas, el sociólogo ( y filósofo) francés dirá que Cristo representa el Chivo Expiatorio definitivo,el cual rompe el círculo de la violencia, porque la asume y la conjura en su propio sacrificio arquetípico, conviertiéndola así en auténtica Redención. Es una teoría sociológica-teológica. Se puede o no creer en ella.


Me parece que en la Cruz de Cristo no se pude separar el perdón del sacrificio y del amor (aunque el amor antecede y precede todo obrar de Dios, porque Él mismo es Amor).

De hecho, creo que lo peculiar de la palabra "redención" es precisamente eso: un perdón que se logra por medio del sacrificio vicario, y que tiene por fundamento el amor.

Cristo (el inocente)asume el pecado ("se hace pecado" dirá el Apostol) en representación de los hombres, porque los ama, a pesar de que éstos "son enemigos" de Dios (como también dice San Pablo).
O en palabras de San Juan: “En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único, para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como víctima de propiciación por nuestros pecados. Queridos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros” (1Jn 4,9-11).

Concuerdo en que la participación angustiosa y dramática en la Cruz de Cristo sólo está reservada para unos pocos hombres, elegidos vocacionalmente. Ahora bien, también creo que todas las personas participan de la corredención con sus contradicciones, miedos y angustias (siempre y cuando no sean producto del pecado). Pero la angustia plena, sin ningún tipo de esperanza y en la cotradicción absoluta del abandono de Dios, sólo fue vivida por Cristo, y ningún hombre está llamado a ella.

En fin, es un tema muy amplio e interesante. Podemos dialogar.

Salud!

Darío Zetune dijo...

ti pi tin, ti pi tin, ti pi ti ton, ti pi ton...

E.P.S. dijo...

Apoyo el pensamiento de Girardi: El chivo expiatorio significa, en el contexto del sacrificio, la muerte de una víctima inocente. Esa víctima muere llevándose todas las agresiones y deseos de violencia con su vida. Es un sacrificio que va aunado al perdón (como bien dice el Lord). Sin el uno en conjunción al otro, podría terminarse aquel ciclo de venganza y odio.

Precioso párrafo de Balthasar. Gracias por compartirlo.

Unknown dijo...

Nadie se acuerda del momento en que nació. Nadie tiene recuerdos hasta después de los 4 años.

Saludos pues.