lunes, marzo 26

Desesperanza

“¡Esperad! ¡Ya no hay esperanza!”
(George Bernanos)


Dos veces escuchamos este estribillo cantado por la lánguida voz como de hilo quebradizo, que sin embargo no se rompe nunca, de Mouchette. No es casual. Bernanos lo propone a penas empezar a relatar la historia de esta niña, como una suerte de tema que prefigura toda la historia. Bresson lo desliza un par de veces en su película, una al principio, otra, convertida en nana, antes de la tragedia que desgarra (demasiado literalmente) a Mouchette una noche, a sus catorce años. Y hace las veces de resumen y premisa de su relato. En efecto, no hay esperanza. ¿Qué iba a haber? Se trata de esto: del mundo crudo tal cual es, de la existencia, de vivir. ¿Quién dijo que vivir era hermoso? Tenga la piedad de no decírselo a nuestra heroína Mouchette. No le creería.


La imaginación de Dante sugiere que a las puertas del infierno está escrita la expresión “Abandonad toda esperanza”. ¿Habrá que esperar a la escatología para encontrarse sin esperanza alguna? ¿No puede ser la condena a la vida ya suficiente infierno? ¿Qué tal, por ejemplo, la vida de nuestra Mouchette?

martes, marzo 20

Ever On and On



I
The Road goes ever on and on
Down from the door where it began.
Now far ahead the Road has gone,
And I must follow, if I can,
Pursuing it with eager feet,
Until it joins some larger way
Where many paths and errands meet.
And whither then? I cannot say.

II
Still round the corner there may wait
A new road or a secret gate,
And though I oft have passed them by,
A day will come at last when I
Shall take the hidden paths that run
West of the Moon, East of the Sun.

jrr tolkien

viernes, marzo 16

Salvador Elizondo.




EL GRAFÓGRAFO


a Octavio Paz



Escribo. Escribo que escribo. Mentalmente me veo escribir que escribo y también puedo verme ver que escribo. Me recuerdo escribiendo ya y también viéndome que escribía. Y me veo recordando que me veo escribir y me recuerdo viéndome recordar que escribía y escribo viéndome escribir que recuerdo haberme visto escribir que me veía escribir que recordaba haberme visto escribir que escribía y que escribía que escribo que escribía. También puedo imaginarme escribiendo que ya había escrito que me imaginaría escribiendo que había escrito que me imaginaba escribiendo que me veo escribir que escribo.

miércoles, marzo 14

El claroscuro de la fe.


Debemos tener confianza cuando la vida nos resulta difícil y aparentemente sin salida. También estas tinieblas nuestras pueden ser incorporadas a la gran oscuridad de la redención a través de la que brilla la luz de la Pascua. Y si alguna vez nos parece demasido duro lo que se nos pide, si los dolores son insoportables y el destino que se nos exige nos parece verdaderamente absurdo, precisamente entonces estamos muy cerca del Hombre clavado en el calvario, porque justamente esto lo pasó él antes por nosotros con una intensidad inimaginable. No podemos exigir entonces que en lo que se nos presenta como absurdo se nos dé un sentido que nos trnquilice; sólo podemos permanecer hasta el final silenciosos, como el crucificado, sin ver nada, frente al oscuro abismo de la muerte. Detrás de ese abismo nos espera algo que ahora no podemos ver, y probablemente tampoco considerar verdadero: un abismo distinto de luz, en el que todo el sufrimiento del mundo queda albergado en el corazón siempre abierto de Dios. Entonces se nos permitirá meter, con el apostol Tomás, nuestra mano en esta herida abierta -la herida en la que físicamente palpamos que el amor de Dios desborda todo sentido humano- para decirle rezando, al igual que el discípulo: "Señor mío y Dios mío.

HansUrs Von Balthasar. Tú Coronas el Año con Tu Gracia, p. 77.

martes, marzo 13

Colluctatione

Believe me: every heart has its secret sorrow which the world knows not,
and oftentimes we call a man cold, when he is only sad.

Henry Wadsworth Longfellow



condolentem animo