viernes, noviembre 7





"La básica lección kantiana (y también hegeliana) fue bien aclarada por Chesterton: 'Todo acto de voluntad es un acto de autolimitación. Desear acción es desear limitaciones. En este sentido, todo acto es un acto de autosacrificio'. Dentro de la misma línea, un adolescente promiscuo puede participar de extremas orgías en las que circulan sexo y drogas, pero lo que no puede soportar es la idea de que su madre pueda estar haciendo algo similar; sus orgías descansan en la supuesta pureza de su madre que sirve como punto de excepción, la garantía externa: puedo hacer todo lo que quiera dado que sé que mi madre mantiene su lugar puro para mí... Lo más difícil no es violar las prohibiciones en una salvaje orgía, sino hacerlo sin confiar en alguien de quien se supone que no goza para que yo pueda gozar, es decir, asumir directamente mi propio placer sin la mediación de la supuesta pureza de otro. (Y lo mismo vale para la creencia: lo difícil no es rechazar la creencia para poder así sorprender a otro creyente, sino ser no-creyente sin la necesidad de otro sujeto que se supone que cree por mí.)"


Slavoj Zizek

Visión de paralaje, FCE, Buenos Aires, 2006, p. 137.

5 comentarios:

Julia Martín dijo...

Sigues con tus rollos... En fin... Resuélvelos...

Juan Manuel Escamilla dijo...

¿Alguien me puede decir qué hace José María leyendo a este señor neurótico y divertido?
Es la onda, a propósito, este señor que navega con bandera de izquierdozo enseñando la doctrina más ortodoxa y tradicional.

david-. dijo...

Ironía dialéctica.

De-Scartes dijo...

vaya, me agrada.
qué han de sentir los hijos de pamela anderson?
y: ¿qué sucede con la conciencia de "mi mamá es una puta"?
entonces desearíamos lo contrario?
valga:
"mi mamá es una puta, ergo, "yo" deseo silicios para poder justificar lo "ajeno impío" con sacrificio propio"

chale.
saludos.
R.

El Justo Medio dijo...

El tipo parece un cultivador de patatas. En plena acción.