Otro día de ira
El asesinato de JFSO provoca indignación y asco. El domingo apareció una entrevista del presidente de México, hablando de sus logros y retos, pidiendo comprensión y amor al país. Percibe que una de las grandes especialidades de los mexicanos es hablar mal de México.
Quizá dejaremos de hacerlo cuando los asesinos no cacen a quienes hacen denuncias anónimas, o cuando el sujeto que acumula una sexta parte del PIB del país deje de poner publicidad estúpida en los periódicos quejándose de otros monopolios, o cuando el 60% de los productos vendidos en la Ciudad de México dejen de ser ilegales, o cuando los políticos dejen de jugar a sus telenovelas de alianzas y sucesiones (¡discutir ideologías!) y se pongan realmente a trabajar en la realidad.
No se puede construir en México porque no hay espacio social. Y el "espacio social" no se gana con esas sospechosas "ampliaciones [sic] de derechos", sino con la posibilidad de ir por la maldita calle sin que alguien te dispare. O de decir tu opinión sin que los homnizabios te destrocen. O de discutir la cosa pública con prospectivas reales. Y en general, sin el odio devorador que nos tenemos los mexicanos.
3 comentarios:
¡Oh cabeza llena de sangre y heridas! Del todo de acuerdo, Dawid.
"Why does each thing on earth war against each other thing? Why does each small thing in the world have to fight against the world itself? […] It is not true that we have never been broken. […] We have descended into hell".
Man Who Was Thursday, in finem.
Gran cita!
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