martes, septiembre 5

Novalis: la nostalgia del infinito.


Fredrich Von Handerberg es un poeta que le canta al infinito. Un poeta enamorado de la trascendencia. En este, su primer cántico espiritual, a través de una profunda descripción del estado anímico en el que se encontraría si Dios no existiera, Novalis explota en una acción de gracias apoteótica, que incluye un abandono confiado (necesario) en la persona de Cristo.

I
Was wär ich ohne dich gewesen?
Was würd ich ohne dich nicht sein?
Zu Furcht und Ängsten auserlesen,
Ständ ich in weiter Welt allein.
Nichts wüßt ich sicher, was ich liebte,
Die Zukunft wär ein dunkler Schlund;
Und wenn mein Herz sich tief betrübte,
Wem tät ich meine Sorge kund?

Einsam verzehrt von Lieb und Sehnen,
Erschien mir nächtlich jeder Tag;
Ich folgte nur mit heißen Tränen
Dem wilden Lauf des Lebens nach.
Ich fände Unruh im Getümmel,
Und hoffnungslosen Gram zu Haus.
Wer hielte ohne Freund im Himmel
Wer hielte da auf Erden aus?

Hat Christus sich mir kund gegeben,
Und bin ich seiner erst gewiß,
Wie schnell verzehrt ein lichtes Leben
Die bodenlose Finsternis.
Mit ihm bin ich erst Mensch geworden;
Das Schicksal wird verklärt durch ihn,
Und Indien muß selbst im Norden
Um den Geliebten fröhlich blühn.

Das Leben wird zur Liebesstunde,
Die ganze Welt sprücht Lieb und Lust.
Ein heilend Kraut wächst jeder Wunde,
Und frei und voll klopft jede Brust.
Für alle seine tausend Gaben
Bleib ich sein demutvolles Kind,
Gewiß ihn unter uns zu haben,
Wenn zwei auch nur versammelt sind.



I
Sin ti qué hubiera sido mi vida,
Qué no me hubiera vuelto yo son ti.
Destinado al temor y a la congoja,
Solo en el vasto mundo no sabría
lo que pudiera amar con confianza,
Y el futuro sería oscuro abismo
Y no tendría a quién decir mi cuita
Cuando me enturbia el pecho la aflicción.

Devorado de amor y de deseos,
Solotario, mis días
Serían como noches,
Y derramando lágrimas ardientes
Iría tras la turbulenta vida,
Inquieto entre el gentío,
Triste y desesperado en el hogar.
¿Quién sin tener un amigo en el cielo
Esta tierra podría soportar?

Pero desde que Cristo
A mi se ha revelado,
Desde que cierto estoy de su presencia
Una vida de luz en un instante
Las tinieblas sin fondo ha devorado,
Con él por primera vez me he hecho hombre,
El ha transfigurado mi destino
Y hasta en el norte las lejanas Indias
Exultan y florecen
En torno del amado.

Sólo quehacer de amor es ya la vida,
Alegría y amor respira el mundo
Y hay una sola llerva milagrosa
Para sanar todas las heridas
Y en cada pecho humano
Palpita libre y pleno el corazón
En cambio de sus dádivas sin cuento
He de ser su hijo humilde,
Sabiendo con certeza
Que siempre que dos fieles se congregan
Él está entre los dos.

3 comentarios:

El Justo Medio dijo...

Lo mejor es el final:
siempre que dos fieles se congregan,
Él está entre los dos

Phi.Lord Chandos dijo...

Totalmente.

M. Lecón dijo...

Siempre una elección atinada de textos, refrescan la ignorancia de uno. Me confieso un fanático de la prosa, pero un buen verso no tiene comparación.