lunes, marzo 26

Desesperanza

“¡Esperad! ¡Ya no hay esperanza!”
(George Bernanos)


Dos veces escuchamos este estribillo cantado por la lánguida voz como de hilo quebradizo, que sin embargo no se rompe nunca, de Mouchette. No es casual. Bernanos lo propone a penas empezar a relatar la historia de esta niña, como una suerte de tema que prefigura toda la historia. Bresson lo desliza un par de veces en su película, una al principio, otra, convertida en nana, antes de la tragedia que desgarra (demasiado literalmente) a Mouchette una noche, a sus catorce años. Y hace las veces de resumen y premisa de su relato. En efecto, no hay esperanza. ¿Qué iba a haber? Se trata de esto: del mundo crudo tal cual es, de la existencia, de vivir. ¿Quién dijo que vivir era hermoso? Tenga la piedad de no decírselo a nuestra heroína Mouchette. No le creería.


La imaginación de Dante sugiere que a las puertas del infierno está escrita la expresión “Abandonad toda esperanza”. ¿Habrá que esperar a la escatología para encontrarse sin esperanza alguna? ¿No puede ser la condena a la vida ya suficiente infierno? ¿Qué tal, por ejemplo, la vida de nuestra Mouchette?

13 comentarios:

Phi.Lord Chandos dijo...

Yo creo que Mouchette está en el cielo junto con tantos otros que lo único que han hecho en la vida es sufrir: los pobres,los efermos terminales, los abandonados, los exiliados sin motivo, los que sufren injustamente, y un largo etc.

Hay que tener siempre esperanza: no en los hombres y sus ridículos planes, sino en el Dios vivo que ha asumido toda la desesperanza terrena para que el hombre tenga la eterna esperanza celeste.

Hay que tener siempre esperanza; esperanza de que todos sean salvos. La Justicia de Dios es su Misericordia; la máxima expresión de su agapé, nos dice el Papa, es su eros (la locura de la Cruz). Recordemos otro personaje de Bernanos, el curica rural, que, al final de su vida, balbuce: todo es gracia.

Salud!

El Lord.

Juan Manuel Escamilla dijo...

Y no nos olvidemos de Peguy. A pesar de los pesares. Y de su mirada atormentada. Ahí estaba, duro con la esperanza.

Un botón de muestra:

http://karamazovi.blogspot.com/2006/08/sobre-la-esperanza.html

Ladinoamericano dijo...

Para mí, la mejor película de Bresson.

Enrique G de la G dijo...

Ajá, el título es un fusil de la "Terminología" que aparece en las "Instrucciones y ayuda" del KKK (cfr. http://www.vatican.va/archive/ESL0022/_AIUTO.HTM#testo)

Anónimo dijo...

Como me gustaría tener la edad de ustedes para decir tantas locuras y sinrazones como las que leo en esta página o "blogg". Se ve que cambiaron los juguetes de la infancia por las palabras y los conceptos. Eso se llama "ingenio".
Los felicito y que se diviertan.

Juan Manuel Escamilla dijo...

Gracias, Señor S.

Anónimo dijo...

Lord Chandos,
No seas tan mamón por favor. No te da pena decir tantas jaladas y encima cursis?

Enrique G de la G dijo...

HIS PRAYER STAND

by Abba Kovner (1918-1987);
translated from the Hebrew by Eddie Levenston.

Is there a prayer for one who prays like him
seething. He has offered no sacrifice, built
no altar. He has not grasped the coattail
of a flying angel,
nor placed his trust in the mercy of heaven;

is there a prayer for one who prays like him
seething. Once he loved the lonely
dweller in the sky. He remembers
the day he lost his patience waiting
for the echo of his cry for help
to come back from empty space.

His prayer stand now
is the nickel clothes hanger
above his bag of bones wrapped
in a chilly sheet as he prays
before bottles hovering
like acrobats on trampolines—
is everything liquid? Is there nothing
solid—
after the infusion?

Phi.Lord Chandos dijo...

Me gustó la entrada del "anónimo altanero". En efecto, querido beligerante, mi comentario fue un poquín mamón y cursi; lo acepto. Ahora bien, que lo que me comentas lo hagas anónimamente, indica que no tienes tanta audacia (huevos) como rezuma tu comentario.

Sin más, ¡Salud! y a seguir diciendo netas, pues yo sí acepto la crítica -por eso publico con mi nombre-; de lo contrario sería un pinchurriento anónimo.

Phi.Lord Chandos dijo...

Muy desesperanzada la poesía nuestro literato judio, Abba Kovner.

La maldad humana tiene el demoniaco poder de hacer desaparecer la esperanza. Sobre todo cuando el mal, como decía la Arendt, se banaliza. Pregúntele a la pobre Mouchette.

joseph dijo...

Cursis...

jaladas...

¡Méjor hágame el favor
de expresarse bien,
pinchurriento anónimo!

Phi.Lord Chandos dijo...

Otro altanerillo presuntuoso. Habla francés, inglés, alemán y español -más o menos-. Su Blog está infestado de pedanterías y retruécanos y sinécdoques.

Curiosamente, tenemos gustos parecidos: nos gusta la literatura católica del XX (Undset, Bernanos, Claudel, Mauriac...), la teología de Balthasar, de Ratzinger, la música clásica y el ecumenismo.

Habría que superar nuestras diferencias y hacer sinergias. ¿Qué te parece?

Más allá de las bromas, sí me gustó tu blog.

Salud!

joseph dijo...

¡Hombre! Sr. Chandos, Creo que no fui claro pero más allá de querer comportarme como un bicho altanero, mi aportación se orientaba a hermanarme con el autor de un comentario que escuetamente pudo compendiar el fundamento de la esperanza cristiana. Por eso escribí algo burdo, en aras defender su primer comentario ante lo tonto que fué su crítico anónimo.

Me parece que nunca hubo diferencias,
¿o si?

Si existen sinergias, oriéntelas a donde usted quiera.

Lo saludo