miércoles, junio 24

¿Vosotros sois conservadores?


Según Rusell Kirk, estos son los seis cánones del conservadurismo:

1) La creeencia de que un designio divino rige la sociedad y la conciencia humanas, forjando una eterna cadena de derechos y deberes que liga a los grandes y humildes, a vivos y muertos. Lo problemas políticos son, en el fondo, problemas religiosos y morales.

2) Cierta inclinación hacia la proliferante variedad y misterio de la vida tradicional, frente a los limitativos designios de uniformidad, igualitarismo y utilitarismo de la mayor parte de los sistemas radicales. A este optimista concepto de la vida es a lo que Burke llamaba, "la verdadera fuente del conservadurismo vivo".

3) La convicción de que la sociedad civilizada requiere órdenes y clases. La única igualdad verdadera es la moral; todos los demás intentos de nivelación conducen a la desesperación si son forzados por una legislación positiva. La sociedad anhela la autoridad y si el pueblo destruye las diferencias naturales que existen entre los hombres, un nuevo Bonaparte llenará a poco el vacio.

4) La creencia de que la libertad y propiedad están inseparablemente conectadas y de que la nivelación económica, no implica progreso económico. Sepárese la propiedad de la posesión privada y desaparecerá la libertad.

5) Fe en la normas consuetudinarias y desconfianza hacia los sofistas y calculadores. El hombre debe controlar su voluntad y apetitos, pues los conservadores saben que hemos de ser gobernados más por los sentimientos que por la razón. La tradición y los prejuicios legítimos permiten derrotar el impulso anárquico del hombre.

6) El reconocimiento de que cambio y reforma no son cosas idénticas y de que las innovaciones son con mucha frecuencia devoradores incendios más que muestra de progreso. La sociedad debe cambiar, pero su conservación exige cambios lentos como la perpetua renovación del cuerpo humano. La providencia es el instrumento adecuado para realizar estos cambios, y la piedra de to que de un estadista es su facultad para descubrir el sentido provincial de la sociedad.

Y concluye Kirk con la siguiente adevertencia:

El conservadurismo no es un cuerpo dogmático fijo e inmutable y los conservadores han heredado de Burke, el talento para dar una nueva expresión a sus convicciones de acuerdo con los tiempos. La esencia del conservadurismo está en la preservación de las antiguas tradiciones morales de la humanidad; los conservadores respetan la sabiduría de sus antepasados; dudan del valor de las alteraciones en gran escala y piensan que la sociedad es una realidad espiritual con vida permanente, pero de constitución frágil, que no puede ser estropeada y luego recompuesta como una máquina.





Lástima que hoy en día se confunda conservadurismo con tradicionalismo.

4 comentarios:

david-. dijo...

¡Jó! ¿Y qué es el tradicionalismo?

Juan Manuel Escamilla dijo...

El Objeto Delicuescente en sus costumbres manidas y conservadas en formol, anacrónica y lastimerísimamente.

Phi.Lord Chandos dijo...

La nota de inalterabiliad en el cambio define, en efecto, la condición más profunda del tradicionalismo. O dicho de otra forma: El tradicionalismo se funda siempre en algo inalterable ante las vicisitudes de tiempo. No hay, pues, una actualización de la tradición, por lo que ésta pierde su dinamicidad y su capacidad de resolver satisfactoriamente los problemas del presente. La Tradición, como consecuencia de esto, se petrifica y pierde su vida.

E.P.S. dijo...

Buen post para reflexionar lo que ha de permanecer y debe actualizarse siempre a nuestro presente. Para serle fiel a una tradición, hay que serle infiel, ¿recuerdas?